Declarado por la ONU en 1994, tras su aprobación por Asamblea General de las Naciones Unidas. Las Naciones Unidas definen la Violencia Contra la Mujer como «todo acto de violencia de género que resulte, o pueda tener como resultado un daño físico, sexual o psicológico para la mujer, inclusive las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la privada», reconociéndolo como una pandemia que afecta al 50% de la población mundial, habiendo sido hasta un 70 % de las mujeres víctimas de esa violencia en algún momento de su vida.

No nos vamos a referir aquí a la Violencia Contra la Pareja, en la que tendrían cabida  las relaciones homosexuales y los hombres también como víctimas, y que incluye todas aquellas formas de abuso que tienen lugar en las relaciones de quienes sostienen o han sostenido un vínculo afectivo relativamente estable, dirigido hacia la mujer, hacia el hombre o aquellos en que la violencia es cruzada o recíproca. «La violencia de pareja es un conjunto complejo de distintos tipos de comportamientos violentos, actitudes, sentimientos, prácticas, vivencias y estilos de relación entre los miembros de una pareja íntima, que produce daño y malestar grave a la víctima» (de Celis, 2011). A lo mejor debería tener también su día…

No.

Se trata de la violencia contra la mujer, por el mero hecho de ser mujer.

Se trata de una violación a los Derechos Humanos más fundamentales (derecho a la vida, derecho a la integridad física y moral, a la libertad de conciencia…) de una mujer, por el mero hecho de ser mujer.

Se trata de ablación, comercio sexual, matrimonios forzados, infanticidios, abusos sexuales…, por el mero hecho de ser mujer.

Los abusos sexuales: 120 millones de niñas de todo el mundo (1 de cada 10) han sufrido relaciones sexuales forzadas en algún momento de su vida. Es la forma más evidente de dominación en la que se le considera un objeto, que está ahí para satisfacer las necesidades del hombre. En la víctima produce depresiones que pueden acabar en suicidios, cambios de carácter, consumo de drogas y alcohol, posible embarazo de su agresor.

Existen culturas como Iraq, por ejemplo, en las que  “cuando una mujer es mancillada por violación o por un acto sexual extramatrimonial, pone en peligro el honor de su familia o tribu. A la violación se responde con represalias, pero lo primero es eliminar la “mancha” para lo que es necesario eliminar físicamente a la mujer”.

La ablación: 200 millones de mujeres y niñas en el mundo la han sufrido  (y la continúan sufriendo 2 millones anualmente), la mayoría antes de cumplir los 5 años de edad. Consiste en anular completamente su sexualidad reduciéndolas únicamente a su función reproductora. Durante el proceso sufren unos dolores insoportables y puede incluso producirse la muerte de la mujer. Consecuencias directas: infecciones, dolores crónicos para toda la vida, problemas durante los partos, imposibilidad de mantener relaciones sexuales satisfactorias… Sin entrar en sus consecuencias psicológicas.

El infanticidio femenino, generalizado en muchas culturas como la China, que en 1978 tras la imposición del “hijo único” se multiplicó y otras como en la India, en la que la proporción de hombres y mujeres es la más desequilibrada del mundo. No se tienen datos oficiales.

En países con conflictos bélicos, las mujeres se convierten en objetivo para castigar al enemigo y se utilizan las violaciones como armas de guerra. Tampoco hay datos oficiales, por la vergüenza que sienten las víctimas y porque muchas acaban siendo asesinadas. Se estima que, por ejemplo, durante el genocidio de Ruanda, desde abril hasta junio del año 1994, entre 250.000 y 500.000 mujeres y niñas ruandesas habrían sido violadas.

En la trata de personas ha habido 33 millones de víctimas en una década, de las cuales el 98% son mujeres y niñas, objetos de explotación sexual. En muchos países, como por ejemplo en Tailandia, se inicia en el seno de la familia que vende a la niña para prostituirla, propiciado por unos 200 mil occidentales adeptos al turismo sexual.

En lo que va de año 2016,  según datos oficiales, son 39 las mujeres asesinadas a manos de sus parejas o exparejas en España. En 2015 fueron 60, en 2014 y 2013 fueron 54, en 2012 fueron 52, en 2011 fueron 61…

Acabar con la violencia contra las mujeres es una labor en la que se debe implicar toda la sociedad, no únicamente las instituciones. Debemos prevenir educando en igualdad y en respeto a la diversidad desde edades muy tempranas y concienciando, a los ya adultos, para eliminar estereotipos y poder ir creando una sociedad libre de cualquier tipo de manifestación machista.

 Datos disponibles por la ONU